LECCIO?N VIII
1.- Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la conviccio?n de lo que no se ve... Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue? hecho de lo que no se vei?a.
2.- En el capi?tulo 11 de Hebreos, vemos las alturas a donde pueden llegar los logros de la fe:
Por la fe Enoc fue' traspuesto para no ver muerte ... Por fe Noe preparo? un arca en que su casa se salvase ... Por la fe Abraham, cuando fue' probado, ofrecio? a Isaac... Por la fe Moise?s, cuando nacio?, fue? escondido por sus padres por tres meses... Por la fe cayeron los muros de Jerico? ... ¿Y que? ma?s digo? Porque el tiempo me faltari?a contando de Gedeo?n, de Barac, de Sanso?n, de Jefte?, de David, asi? como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga eje?rcitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurreccio?n.
3.- Es incorrecta la idea de que la fe es algo que se relaciona solamente con la experiencia religiosa. La fe es una facultad de la mente que encuentra su ma?s perfecta expresio?n en la naturaleza espiritual pero que, para poner de manifiesto todas las caracteri?sticas de la persona, debe desarrollarse en todas sus fases. Es evidente que la fe es un poder. Las personas que tienen fe en si? mismas llegan mucho ma?s lejos que aque?llas que no creen en sus propias habilidades. Llamamos "confianza innata" a esta fe en uno mismo, pero la confianza es so?lo una forma de fe. El creer, es otra de las expresiones de la fe. Aparentemente, Jesu?s no hizo distincio?n entre fe y creencia. El dijo: "¿Cree?is que puedo hacer esto?" y "Quienquiera... que no dudare en su corazo?n, sino creyere que sera? hecho lo que dice, lo que diga le sera? hecho". En un ana?lisis de las partes que constituyen la conciencia del hombre, localizamos la creencia en el intelecto, operando en los dominios del pensamiento, sin contacto con la substancia del Espi?ritu, la substancia interna sobre la cual se fundamenta la fe.
4.- En Espi?ritu, la fe esta? relacionada con la manifestacio?n o la substancia omnipresente. Jesu?s uso? el mismo ejemplo cuando se refirio? a Pedro (un tipo de fe) como la roca sobre la cual fundari?a Su iglesia. Esto es una prueba de que la fe esta? i?ntimamente relacionada con las perdurables, firmes e inconmovibles formas de substancia terrenal. Pero la fe tiene poder para hacer y poder para manifestar resultados en los asuntos de aque?llos que la cultivan.
5.- Al igual que las otras facultades, la fe tiene un centro a trave?s del cual expresa exteriormente, sus poderes espirituales. Los fisio?logos llaman a este centro la gla?ndula pineal, y la situ?an en la parte superior del cerebro. A trave?s de la meditacio?n, el hombre ilumina su mente interna, y recibe ma?s de lo que puede explicar en palabras. So?lo aque?llos que han fortalecido sus facultades internas, pueden apreciar las maravillosas posibilidades que esta?n sin desarrollar en el hombre. El fisio?logo ve las facultades como ce?lulas cerebrales, el psico?logo las ve como combinaciones de pensamientos, pero el inclinado a las cosas espirituales las ve como ideas puras, independientes, libres, llenas de potencial.
6.- La fe puede extenderse en conciencia, en todas direcciones. Ella lograra? cosas maravillosas si se la aviva y se le permite expresarse libremente en sus propios dominios. Cuando Jesu?s dijo: "Si tuviereis fe como un grano de mostaza, dire?is a este monte: Pa?sate de aqui? a alla? y se pasara?; y nada os sera? imposible", se referi?a al trabajo de la fe en la substancia espiritual. Tales resultados son posibles, so?lo cuando la fe coopera con la ley creadora. Cuando la fe se centra en cosas externas, los resultados no son dignos de mencio?n. El hombre ha llamado a esos resultados, suerte, accidente, casualidad y otros nombres similares. Esos amuletos parecen trabajar por algu?n tiempo, pero de repente cambian, lo que evidencia que no esta?n bajo ninguna ley permanente.
7.- Cuando la fe actu?a en el plano intelectual, los resultados son generalmente provechosos para el hombre de talento. Si tiene fe en su arte, su ciencia o su filosofi?a, su fe responde a su propo?sito, al menos por un tiempo, pero nunca va ma?s alla? de las tradiciones y las experiencias de los que lo precedieron. Los intelectuales no hacen milagros a trave?s de la fe, porque siempre limitan su esfera de accio?n a lo que el intelecto les dicta como ley. Cuando la fe actu?a en lo profundo de la conciencia espiritual es que encuentra su lugar adecuado y, bajo la ley divina, sin variaciones ni decepciones, produce resultados que parecen milagrosos.
8.- La fe siempre ha jugado un papel muy importante en las experiencias de las gentes religiosas porque e?stas le han dado libertad de accio?n, esperando grandes cosas del Sen?or, a trave?s de ella. Pero casi todas las demostraciones de fe han sido el resultado de una especie de confianza ciega en que Dios concederi?a cualquier cosa que se Le pidiera. A veces, uno que pide algo se ve defraudado, y una serie de decepciones lo lleva a la duda y a la conclusio?n de que, de alguna manera, Dios ha cambiado Su ley. Jesu?s y Sus disci?pulos ensen?aron a los primeros cristianos a tener fe en Dios, y ellos realizaron trabajos maravillosos: los llamados milagros. A medida que pasaba el tiempo y su atencio?n se fijaba ma?s y ma?s en las cosas mundanas, los cristianos de di?as posteriores se separaron de las fuerzas espirituales dentro de ellos, y su fe perdio? la energi?a. Entonces comenzaron a ensen?ar que los milagros ya no eran necesarios; que Dios se los habi?a dado a los primeros cristianos porque ellos no teni?an la Biblia o una iglesia organizada. Tambie?n ensen?aron que los milagros habi?an tenido lugar para probar que Jesu?s era el Hijo de Dios.
9.- Ahora tenemos un conocimiento ma?s completo de la ley de Dios, y sabemos que cualquier cosa que se haya hecho una vez, puede hacerse de nuevo, bajo las mismas condiciones. Si Jesu?s y Sus disci?pulos y los primeros cristianos hicieron cosas maravillosas a trave?s de la oracio?n de fe, nosotros podemos hacer lo mismo. Todo lo que se requiere es perseverancia en nuestro uso de la fe, hasta que hagamos conexio?n con los planos ma?s altos de la conciencia, donde, como dijo Jesu?s, aunque nuestra fe sea tan pequen?a como un grano de mostaza, brotara? y demostrara? su poder para manifestar cualquier deseo en el que la hayamos depositado. "Nada os sera? imposible", si tu fe esta? en el Espi?ritu y si tu trabajo esta? en armoni?a con la Mente Divina.
10.- La religio?n cristiana ha sido un factor importante en el desarrollo de la fe en el reino interior del ser humano. "Bienaventurados los que no vieron y creyeron". El poder de ver en Espi?ritu, es propio de la fe. La expresio?n externa de este poder, es la vista; interiormente, es aquello que percibe la realidad de la substancia del Espi?ritu. La visio?n mental es el conocimiento; cuando percibimos que una proposicio?n es verdadera, decimos: "veo, veo", queriendo significar que discernimos mentalmente.
11.- La fe en la realidad de las cosas espirituales, desarrolla el centro de la fe en el cerebro, el cual se conoce con el nombre de gla?ndula pineal. Cuando este ojo mental se ilumina con la fe espiritual, esparce un resplandor que se cierne como un halo alrededor de la cabeza, y se extiende en menor grado, a trave?s de todo el cuerpo. "Si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estara? lleno de luz". El halo que los artistas de la antigu?edad pintaban alrededor de las cabezas de los santos, no era imaginario, sino real. Este poder iluminador de la fe, abarca la totalidad del hombre, hacie?ndolo duen?o de todas las fuerzas que se centran alrededor de la conciencia espiritual. La fe y la oracio?n siempre van de la mano.
12.- "¿Tienes fe? Tenia para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a si? mismo en lo que aprueba". Ten fe en lo que haces, y despue?s que este? hecho no te culpes. Todos buscamos felicidad; satisfaccio?n, y sabemos por experiencia que somos felices cuando estamos en armoni?a con nuestro ambiente. Hay una gran variedad de ideas que provocan la inarmoni?a en nosotros. Pensamos que'si tuvie?ramos dinero y amigos seri?amos felices; pero las cosas no hacen la felicidad. Es nuestra actitud mental hacia las cosas lo que determina nuestra relacio?n con ellas, y, cuanto mejor comprendamos la innata substancia del mundo que nos rodea, tanto ma?s lo apreciaremos.
13.- La fe esta? siempre activa, y ella deberi?a ser la verdadera substancia de toda idea. Deberi?amos tener fe en nuestro poder, en nuestra capacidad y en nuestra habilidad; si queremos tener esta fe, nuestros pensamientos deberi?an estar centrados en la gran Mente uniersal. El e?xito esta? en Dios. Todo lo que no esdefe,especado;ytodoloqueesdefe,noes pecado. Esta es la nueva norma de rectitud para el hombre que se "reviste de Cristo". Es su coraza, su proteccio?n, mientras e?l avanza en el conocimiento del bien absoluto. No dar en el blanco es pecado, y no damos en el blanco cuando no tenemos fe.
14.- Para tener e?xito en demostrar la ley ma?s elevada, es absolutamente necesaria la fe en la realidad, el poder y la buena voluntad de las fuerzas mentales y espirituales. Jesu?s fue? el heraldo de un conjunto de leyes que revolucionari?an la civilizacio?n de este mundo y produciri?an un tipo de hombre nuevo y ma?s elevado. El hablo? de una nueva condicio?n para el levantamiento de la raza, la llamo? "el reino de los cielos", y dijo que debi?a edificarse sobre la base representada por Pedro (una roca), que es la fe. El desarrollo de la facultad de la fe en la mente, es tan necesario al que trabaja con los principios espirituales, como lo es el desarrollo de las facultades matema?ticas al que trabaja con esos principios. Ninguna de estas facultades viene completamente desarrollada a la mente, sino que ambas deben cultivarse. "Aumenta nuestra fe", dijeron los apo?stoles, y Jesu?s respondio?: "Tened fe en Dios".
15.- Casi todos los que leen las Escrituras reconocen a Pedro como un tipo de fe. Al estudiar sus experiencias podemos captar sugerencias acerca de como desarrollar esa facultad en nosotros. La oscilante fidelidad que Pedro le profesaba a Jesu?s, ilustra el crecimiento de la fe en uno que no habi?a desarrollado esa facultad. La fe y la duda luchaban por la supremaci?a dentro de Pedro, y nos preguntamos por que? Jesu?s escogio? como jefe de Sus disci?pulos a este pescador vacilante, de?bil y cobarde. Sin embargo, observamos que Pedro era entusiasta, valiente en ocasiones, receptivo y paciente cuando se le censuraba. Nunca habi?a caminado sobre las aguas, pero cuando Jesu?s le dijo: "V en", e?l salio? atrevidamente a su encuentro. La duda penetro? en su mente, y se hundio?; la mano que ayuda le fue? extendida, y e?l se hizo ma?s fuerte con esta experiencia. Este y otros ejemplos en la vida de Pedro, muestran como la fe crece en la mente, y no deberi?amos desalentarnos si nuestros primeros esfuerzos por lograr una meta, se quedan cortos.
16.- Un poco de fe a veces produce resultados sorprendentes. Las fuerzas invisibles esta?n mucho ma?s cerca de lo que pensamos, y cuando enfocamos nuestra atencio?n en su direccio?n, la respuesta es usualmente tan destacada y tan ra?pida, que no podemos menos que sentir que se ha realizado un milagro. Un conocimiento ma?s profundo de la ley divina, nos convence de que bajo ella, todas las cosas son posibles si tan so?lo creemos, y si, a la vez, ajustamos nuestros pensamientos a sus principios.
17.- Pedro (la fe), Santiago (el juicio), y Juan (el amor), fueron los tres apo?stoles que estuvieron muy cerca de Jesu?s, y ellos son ma?s importantes en Su historia, que ninguno de los otros. Esto indica que estas tres facultades se desarrollan antes que las otras, y tambie?n, que esta?n ma?s i?ntimamente asociadas. El entendimiento nos revela que Dios es un principio mental, cuyo fundamento son las ideas. Cuando comenzamos a comprender esta i?ndole del principio creativo, vemos cuan fa?cil es comunicarse con Dios. A trave?s de este contacto, casi inconscientemente, fortalecemos nuestra fe, y nos damos cuenta de que una facultad ayuda al crecimiento de las otras. Pero debe haber espacio para poder crecer, y ese espacio, lo provee el amor. El egoi?smo es limitacio?n; ata al hombre dentro de la pequen?a prisio?n que se llama personalidad. La u?nica manera de ampliar nuestro cara?cter, y de poner en juego todas las facultades, es a trave?s del amor. El amor aumenta el campo de la conciencia, al allanar los pensamientos de enemistad y oposicio?n. Haz amistad con todos tus adversarios ra?pidamente, ya sean ellos personas, pensamientos o cosas.
18.- Constantemente estamos produciendo condiciones, a trave?s de nuestros pensamientos. Algunas personas aseguran que todo esta? en contra de ellas. Si pierden el autobu?s, dicen: "Siempre es lo mismo", y edifican un estado de conciencia en el cual todo parece estar contra ellos.
19.- En ninguna de nuestras experiencias deberi?amos condenar nada de lo que llega a nosotros, ni nada de lo que hacemos. Sabemos la ley; guarde?mosla, y no establezcamos ninguna condicio?n adversa con nuestros pensamientos de condenacio?n. Se? feliz con cualquier cosa que hagas. Si esta?s obteniendo resultados erro?neos, no creas en un Dios irritado. Esta?s obteniendo los resultados de tus acciones, de acuerdo con tu fe. Se? sabio; no digas nada malo, y so?lo bien llegara?. ¿Debemos decir que todo es bueno? Si?. Si el salvaje supiera esta ley, podri?a levantarse a una conciencia ma?s alta, utiliza?ndola. Salimos del salvajismo, idealizando el bien.
20.- Ten fe en la innata bondad de todos los hombres, y de todas las condiciones. No condenes, no importa cuan grande sea la provocacio?n. Lo que pienses, creas en tu propia conciencia. Aumenta la extensio?n de tu visio?n, y podra?s ver bien, donde ahora ves mal. Dios es bien" y Dios es todo, por tanto, no puede haber ma?s condicio?n real que el bien. ¿Por que? perder nuestro tiempo luchando contra el mal? Si edificamos nuestro cara?cter sobre la fe, la comprensio?n y el amor, con el gran YO SOY en el centro focal, nos convertiremos en pilares del templo de Dios.
AFIRMACIONES DE FE
(Para usarse con la leccio?n octava)
- "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la conviccio?n de lo que no se ve".
- El asirnos continuamente a la realidad de las cosas espirituales, las establece en la mente, y se tornan substancia mental.
- Creo en la presencia y el poder de la Mente u?nica, y ella es para mi? inteligencia real.
- "Conforme a vuestra fe, os sea hecho".
- Mis dudas y temores se disuelven y disipan; descanso en la inmutable ley de Dios con paz y confianza.
- "Grande es tu fe; ha?gase contigo como quieres".
- Con el ojo de mi mente veo cada vez ma?s la realidad de las ideas verdaderas, que siempre han existido en el principio divino.
- "Creo, ayuda mi incredulidad".
- Jesu?s dijo: "Tened fe en Dios".
- Me libro de la pena y el dolor, a trave?s de mi inconmovible fe en la proteccio?n y cuidado de Dios.
- "Sen?or, aumenta nuestra fe".
- Mi fe aumenta cada di?a ma?s porque esta? establecida en la Verdad, y, a trave?s de ella, las montan?as de los errores mortales se mueven al mar de la nada.
- La comprensio?n del Espi?ritu aclara mi fe.
- "Se? a quie?n he crei?do". Estoy seguro de que El puede, El esta? deseoso, y El esta? ansioso de darme cualquier cosa que pida.
- Mi fe entiende la belleza del todo.
- Mi fe es Dios y esta? en Dios.
- "Vete, tu fe te ha salvado".